En una pequeña olla agrego 3 cucharadas de avena integral, la avena dura, completa.
Si lo deseas puedes usar avenas instantánea. En ese caso no tendrías necesidad de cocinarla, pero la avena integral es más saludable. Una tercera opción es mezclar avena integral e instantánea.
Además, añade 3 cucharadas de salvado de avena o trigo, o una mezcla de ambos. El salvado es la parte más fibrosa del grano, de gran valor nutricional, alto en proteínas y fibra, y bajo en carbohidratos, aunque más difícil de conseguir.
Si no tienes salvado reemplázalo con más cucharadas de avena.
Agrega 250 cc de agua a la olla, aproximadamente 1 taza, y pónla a calentar a fuego alto.
Si lo deseas puedes endulzar tu desayuno con algún endulzante. Recomiendo el eritritol o la Stevia, a gusto.
Debes revolver la preparación constantemente para que no se queme. Una vez que empieza a hervir, baja la temperatura a fuego medio.
A medida que pasa el tiempo, la mezcla de avena y agua se va transformando en una pasta viscosa. El proceso es corto, debería tardar unos 3 a 5 minutos.