En un bowl mezcla una taza de harina con o sin polvos de hornear y 1 cucharadita de sal. Mezcla bien los ingredientes y luego añade agua. Se añade aproximadamente media taza de agua.

Hay que ir agregando de a poco el agua hasta encontrar la cantidad justa que necesita la harina, lo que puede variar dependiendo de la humedad que contenga la harina.

Puedes empezar haciendo la mezcla con una cuchara de palo, y luego continua con las manos. La harina se habrá transformado en una masa húmeda y pegajosa. Luego de amasar por aproximadamente 10 minutos la masa irá tomando la consistencia típica de una masa de pizza.

Para hacer más fácil el trabajo puedes ir añadiendo harina seca al bowl o a la mesa, para evitar que la masa se pegue, y para calibrar el balance justo de harina y agua.

Cuando la masa esté lista déjala reposando mientras preparas el resto de los ingredientes.

Pica los tomates en cubos pequeños. Basta con 1 tomate por pizza.

Corta la aceitunas verdes en mitades o en tercios (cantidad a gusto).

Corta el salame en tiras delgadas (cantidad a gusto).

En un bowl mezcla todos los ingredientes antes de agregarlos a la pizza. Así la mezcla de ingredientes estará uniformemente distribuida en la pizza.

Añade un poco de aceite de maravilla y harina en el sartén, lo que ayudará a evitar que la pizza se pegue.

Luego pon la masa al centro del sartén y estírala poco a poco hacia los costados. La masa debe cubrir toda la superficie del sartén, llegando hasta los bordes.

Directamente sobre el pesto agrega orégano a gusto. Así, el orégano quedará cubierto por los demás ingredientes y no se quemará en el horno.

A continuación, añadiré el pesto. Su sabor es intenso, así que basta con una cantidad moderada.

Luego agrega la mezcla de ingredientes: tomate, aceitunas y salame.

Finalmente añade queso mozzarella de forma abundante. El queso debe llegar hasta los bordes del sartén, para que se forme una costra de queso al derretirse (es una de las ventajas de cocinar la pizza en un sartén de hierro).

Pon el sartén sobre fuego alto durante 5 minutos, para que se caliente al máximo.

Por mientras pon a calentar el horno al máximo, que generalmente es entre 250 y 300°C. Activa las fuentes de calor superior e inferior.

Después de los 5 minutos sobre el fuego, pasa el sartén adentro del horno y cocina durante 10 minutos más.

Si no usaste la técnica del sartén, baja un poco la temperatura (a 250°C) y cocina durante 15 minutos.

Cuando la pizza esté lista déjala reposar unos 5 minutos antes de cortarla.