El primer paso es picar las pechugas de pollo en pequeños pedazos.

Pon las pechugas en un bowl y luego agrégales pimienta blanca y jengibre en polvo a gusto, 1 cucharada de salsa de pescado, 3 cucharadas de salsa de soya, y 4 cucharadas de salsa de piña y mango picante (o cualquier otra salsa agridulce de tu preferencia).

Mezcla bien los ingredientes, cubre el bowl con film plástico y deja el pollo reposando en el refrigerando durante al menos 2 horas, marinándose, para que los sabores se absorban bien.

En una pequeña olla pon los fideos chinos en agua hirviendo, y cocínalos durante 3 minutos (o la mitad del tiempo recomendado en el paquete).

Luego retira los fideos del fuego y enjuágalos con agua fría para detener la cocción.

Orta la cebolla y el morrón amarillo en juliana, corta los cebollines en pequeñas rodajas, y pica los ajos finamente.

Prepara una salsa mezclando 3 cucharadas de salsa de ostras, 3 cucharadas de vinagre, 3 cucharadas de aceite de sésamo, y 3 cucharadas de salsa de soya.

Calienta el wok y agrega un poco de aceite.

Añade el pollo y muévelo constantemente para que no se queme. Agrega un poco de sal a gusto (no es necesaria mucha cantidad porque la salsa es salada).

Cuando el pollo empiece a verse cocido añade los vegetales duros: la cebolla y el morrón.

Sigo moviendo la preparación para que los ingredientes se cocinen de forma pareja y se mezclen los sabores.

Luego agrega los vegetales blandos, el cebollín y el ajo, y finalmente los fideos y la salsa.

Por último, agrega unas semillas de sésamo tostado (opcional).